Un hombre caminaba por la orilla y de repente vió a un niño que recogía algo de la arena y lo arrojaba al mar. El hombre se acercó y vió que el chico levantaba de la arena estrellas de mar. Estas le rodeaban por todos lados. Parecía que en la arena habían millones de estrellas marinas y que la orilla estaba sembrada de ellas, al pié de la letra, a lo largo de muchos kilómetros.
“¿Para qué arrojas estas estrellas marinas al agua? “ - preguntó el hombre acercándose.
- “Si ellas se quedan en la orilla hasta mañana por la mañana cuando baje la marea, entonces morirán“, - contestó el niño sin cesar sus acciones.
- “¡Pero esto es simplemente una tontería!“ – contestó el hombre riendo.- “¡Mira a tu alrededor! Aquí hay millones de estrellas marinas; la orilla está toda cubierta de ellas. ¡Tus esfuerzos no cambiarán nada!“ El niño recogió la siguiente estrella, quedó pensativo por un momento, la arrojó al mar y dijo:- “No, mis esfuerzos cambiarán mucho... para esta estrella. “
El hombre quedó impactado con la respuesta, y luego también recogió una y la arrojó al mar. Entrada la noche, en la playa había una multitud de gente, cada uno de los cuales, recogían y arrojaban al mar una estrella. Cuando hubo amanecido, en la playa no quedaba ni una sin salvar.
Es un cuento conocido, aunque no se quién lo escribió :) Pero me gusta mucho.
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